Mariló García (@yonomeaburro), autora del libro Cócteles fuera de serie
(editado por Lunwerg), nos descubre algunos guiños etílicos divertidos y nos
propone un cóctel seriéfilo con el que brindar en esta quinta edición. Más
sugerencias en la web Coctelesfueradeserie.com
Llega la quinta edición del
Festival de Series de Canal+ y a mí lo que me apetece es brindar por todos los que hacemos
posible que sigamos aquí hablando y disfrutando de nuestra pequeña gran afición. Mientras algunos os fijábais en el color lila de
la ropa de Marie a mí me daba por preguntarme qué sería lo último que bebiese
Walter White en Breaking Bad, un señor que cambió el vino blanco de caja del
súper por el exquisito whisky Dimple Pinch. La bebida, como el
lenguaje, el vestuario o la música, es otra de las claves primordiales para
entender una serie.
El último trago en
Breaking Bad sólo lo podía dar Heisenberg (búscalo en el episodio 515), como
sólo se pueden celebrar las victorias en The Good Wife con chupitos de tequila,
un ritual que se inventó Kalinda en el piloto en forma de broma cuando Alicia ganó
su primer caso. La quinta temporada arranca con un festín casero de tequila y
nachos, demostrando que la ceremonia etílica continúa viva. Otro que se permite
un homenaje es Ironside, nunca falta al final de cada episodio un lingotazo de
bourbon.
Mad Men descorchó la
botella para que en Masters of Sex se siga celebrando la década de
los 50 a golpe de Martini, el que William Masters tomaría 'mezclado' en Vito,
pero como en el piloto no sale de casa se conforma con un trago de ginebra
Tanqueray.
Los irlandeses de Ray Donovan prefieren el whisky, aunque nos
sorprende descubrir cómo pueden sacar su lado más pijo contándonos en una
fiesta en la piscina cómo se prepara un Bellini (melocotón y champán). Es lo
que beben los tipos duros, como el Gobernador en The Walking Dead: whisky
Bastille. Y lo que da de sí para chulear a Rick.
Muchas son las
referencias a los cócteles y tragos en las series, en la mayoría de las
ocasiones, imprescindibles para ubicar al espectador en ciertas situaciones. En
Dates, la mayoría de las citas a ciegas se suceden en bares y restaurantes, así
aprendemos de la mano de una adolescente que un Ruso Blanco no es únicamente
vodka con leche. Ojito que las nuevas generaciones vienen pisando fuerte.
Tenlo en cuenta cuando veas Crónicas vampíricas donde triunfa el Bloody Mary en la Casa del Crimen. ¿Otra opción para copear en la ficción? Buscar los bares, como el que aparece en Bates Motel.
Cualquier excusa es buena para reinventar la forma de ver las series. Y ya que estamos en buena compañía, desde aquí propongo echarnos un trago de este ponche de ron que haría perder los papeles al mismísimo Sheldon (el Grasshopper ya pasó a la historia):
Ponche de ron para 10
personas
Media botella de ron
Medio litro de zumo de
piña
Zumo de naranja (tres
naranjas)
Zumo de limón (tres
limones)
Medio litro de ginger
ale
250 gr. de azúcar
No hay comentarios:
Publicar un comentario