En la película Cuerpos especiales, dos policías opuestas deben unir fuerzas en un caso. No tienen nada que ver y la que peor parte se lleva es Sandra Bullock cuando llega a Boston y conoce a la peculiar Melissa McCarthy, que, entre otras cosas, la lleva a beber a un antro de su barrio.
La forma que tienen de conocerse mejor es ir a ese bar de viejos donde se ponen finas a chupitos de whisky y cervezas. Hasta tal punto que beben con celo pegado a la nariz, en un desfase descomunal.
Es la única forma que tiene Sandra Bullock de desinhibirse.
En una broma a costa de la medida en los vasos de whisky, lo que hace Melissa McCarthy es pedir tres whiskies para cada una, en realidad, chupitos porque son pequeños. Une todos en un vaso.
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